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miércoles, 7 de julio de 2010

Nuestros Antecedentes






En abril del 2009 nació este proyecto con el ánimo de promover la lectura y la escritura. La población receptora de dicho trabajo fue de jóvenes entre los 12 y los 16 años, quienes alimentaron con su participación activa lo que se llamó "Club de Lectura Juvenil" durante seis meses, una vez por semana.
Los muchachos escogieron los textos a leer y la promotora dirigía diversas actividades en torno al libro escogido: ellos respondieron con mucho entusiasmo a la saga de Stephenie Meyer; al finalizar Junio ya habían leído los tres primeros libros: Crepúsculo, Luna Nueva y Eclipse.

Esta etapa finalizó exitosamente y a su término el Club desapareció, dando inicio a otra etapa del proyecto enfocada hacia la población adulta. En compañía de algunos vecinos interesados en la literatura se conformó un grupo aleatorio y espontáneo donde se conversaba alrededor de textos de carácter universal escogidos previamente por ellos mismos.

De esta manera ahora surge "Lloviendo Cuentos", un espacio que busca ampliar los horizontes tanto de niños, jóvenes y adultos alrededor de la escritura y la lectura, con el apoyo de la Biblioteca Municipal de Jamundí y buscando ser partícipes de los espacios nacionales. Esperamos con gusto que se sientan partícipes de este sueño.

Seguiremos creciendo



Ya realizamos la inscripción de nuestro trabajo en la Red Nacional de Talleres de Escritura Creativa para seguir creciendo y dar a conocer el talento jamundeño en nuestro país. Ustedes serán los primeros en disfrutar de éstos beneficios a través del Ministerio de Cultura en el municipio, por eso los invitamos a continuar vinculados a Lloviendo Cuentos. Para los que se acercan por primera vez los invitamos a contactarnos, pueden participar online o si prefieres unirte al grupo de forma presencial.

Un paso más para Jamundí, gracias!

lunes, 5 de julio de 2010

Barrio sin luz - Pablo Neruda


"¿Se va la poesía de las cosas
o no la puede condensar mi vida?
Ayer -mirando el último crepúsculo-
yo era un manchón de musgo entre unas ruinas.
Las ciudades -hollines y venganzas-,
la cochinada gris de los suburbios,
la oficina que encorva las espaldas,
el jefe de los ojos turbios.
Sangre de un arrebol sobre los cerros,
sangre sobre las calles y las plazas,
dolor de corazones rotos,
pobre de hastíos y lágrimas.
Un río abraza el arrabalcomo una mano helada que tienta en las tinieblas:
sobre sus aguas se avergüenzan
de verse las estrellas.
Y las casas que esconden los deseos
detrás de las ventanas luminosas,
mientras afuera el viento
lleva un poco de barro a cada rosa.
Lejos... la bruma de las olvidanzas
-humos espesos, tajamares rotos-,
y el campo, ¡el campo verde!, en que jadean
los bueyes y los hombres sudorosos.
Y aquí estoy yo, brotado entre las ruinas,
mordiendo solo todas las tristezas,
como si el llanto fuera una semilla
y yo el único surco de la tierra."

Melmoth el Errabundo - Charles R. Maturin

"El recuerdo de este temible tío de su infancia, al que jamás le permitieron
acercarse sin recibir innumerables recomendaciones —no ser molesto, no acercarse
demasiado, no importunarle con preguntas, no alterar bajo ningún concepto el
orden inviolable de su caja de rapé, su campanilla y sus lentes, ni exponerse a que
el dorado brillo del plomo de su bastón le tentase a cometer el pecado mortal de
cogerlo... y por último, mantener diestramente su peligroso rumbo zigzagueante
por el aposento sin estrellarse contra las pilas de libros, globos terráqueos, viejos
periódicos, soportes de pelucas, pipas, latas de tabaco, por no hablar de los
escollos de ratoneras y libros mohosos de debajo de las sillas... junto con la
reverencia final, ya en la puerta, la cual debía ser cerrada con cautelosa suavidad,
y bajar la escalera como si llevase calzado de fieltro—."

Harún y el mar de las historias - Salman Rushdie



"En lo más recóndito de la ciudad, más allá de una vieja zona de edificios ruinosos que tenían aspecto de corazones destrozados, vivía un chico alegre llamado Harún, hijo único del juglar Rasid Khalifa, hombre de jovialidad reconocida en toda aquella infeliz metrópoli, cuya inagotable reserva de cuentos largos, cortos y tortuosos le había valido no ya uno sino dos motes. Sus admiradores le llamaban Rasid, el Océano de la Fantasía, tan repleto estaba de alegres cuentos como lleno el mar de peces taciturnos; pero, para sus rivales envidiosos era el Sha de Bla. Para Soraya, su esposa, Rasid fue durante muchos años el marido más cariñoso que pudiera desear una mujer y, durante aquellos años, Harún creció en un hogar en el que, en lugar de penas y caras largas, había la risa pronta de su padre y la dulce voz de su madre que cantaba canciones."
Capítulo Uno: El Sha de Bla.

LA LECTURA

“El amor por la lectura es algo que se aprende pero no se enseña. De la misma forma que nadie puede obligarnos a enamorarnos, nadie puede obligarnos a amar a un libro. Son cosas que ocurren por razones misteriosas, pero de lo que sí estoy convencido es que [...] amar la lectura es trocar horas de hastío por horas de inefable y deliciosa compañía”.
Ignat Bednarik

De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro; todos los demás son extensiones de su cuerpo… Sólo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria”.
Jorge Lu
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