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lunes, 5 de julio de 2010

Melmoth el Errabundo - Charles R. Maturin

"El recuerdo de este temible tío de su infancia, al que jamás le permitieron
acercarse sin recibir innumerables recomendaciones —no ser molesto, no acercarse
demasiado, no importunarle con preguntas, no alterar bajo ningún concepto el
orden inviolable de su caja de rapé, su campanilla y sus lentes, ni exponerse a que
el dorado brillo del plomo de su bastón le tentase a cometer el pecado mortal de
cogerlo... y por último, mantener diestramente su peligroso rumbo zigzagueante
por el aposento sin estrellarse contra las pilas de libros, globos terráqueos, viejos
periódicos, soportes de pelucas, pipas, latas de tabaco, por no hablar de los
escollos de ratoneras y libros mohosos de debajo de las sillas... junto con la
reverencia final, ya en la puerta, la cual debía ser cerrada con cautelosa suavidad,
y bajar la escalera como si llevase calzado de fieltro—."

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